EL TIRO INSTINTIVO

A partir de ahora y con la mayor regularidad que el trabajo me permita, me gustaría compartir con vosotros mis experiencias y reflexiones del vasto mundo de la arquería, creando de este modo un vínculo entre arquero y artesano que de lugar a un diálogo, teniendo de este modo una plataforma para aprender unos de otros.

Creo que la mejor manera de empezar es hablando de la forma de tiro más antigua, el tiro instintivo.

Nuestro antepasado, el hombre prehistórico, conquistó la tierra con su instinto, su arco y sus flechas. En la mayoría de las pinturas primitivas que vemos podemos encontrar se representan motivos de caza con arco y si observamos detenidamente, veremos detalles asombrosos como arcos largos, cortos, animales con varias flechas clavadas, lanzas y otras muchas armas para la caza y la defensa, pero difícilmente veremos elementos de puntería, por lo que podemos deducir que sus aciertos eran de puro instinto.

Para los no creyentes en este sistema de tiro, tan especial como eficaz y tan difícil de explicar como de hacer entender a alguien que no lo ha practicado nunca, yo os invito a probarlo, porque hay muchos arqueros con ganas de divertirse y pasarlo bien practicando el más antiguo de los deportes que es sin duda el tiro instintivo con arco.

Para introducirnos en el tema y entender su significado podríamos hacernos unas cuantas preguntas a nosotros mismos, por ejemplo: ¿Qué elemento de puntería utiliza un futbolista para chutar un penalti? ¿Dónde tiene el punto de mira un jugador de golf?, ¿Cómo apunta un pastor para tirar con la honda?, o más sencillo, ¿Qué visor utilizamos para lanzar una piedra con el brazo?… Estas son algunas de las preguntas importantes que debemos hacernos si queremos entender bien qué es el tiro instintivo.

El tiro instintivo no se aprende tirando cuatro flechas, hay que trabajar mucho y hay que poner mucho empeño en hacerlo lo mejor posible, existen referencias de alineación, como en todos los deportes anteriormente citados, pero también existe una práctica y una experiencia especial, la cual nos va fraguando basándose en trabajo y el paso del tiempo.

Grandes arqueros como Art Young, Saxton Pope, Howard Hill, Fred Bear, y otros muchos, han sido las personas promotoras durante años del deporte de la caza con arco en U.S.A. Estos arqueros han vivido sus más grandes aventuras con arcos rectos, recurvados, incluso con arcos mecánicos, pero siempre disfrutando la satisfacción de lanzar instintivo.

Nosotros tenemos la oportunidad de poder vivir experiencias similares sin la necesidad de cazar, pues gracias a estos grandes promotores de nuestro deporte hemos captado la idea y hoy tenemos circuitos de 3D en los que podemos practicar y disfrutar del tiro con arco sin tener que herir a ningún animal real. Los que opten por la caza, también pueden practicar y perfeccionar sus lances en estos circuitos, ya que con la experiencia que se adquiere siempre será más difícil fallar una pieza o dejarla herida.

Para aquellas personas que empiezan en nuestro mundillo, yo les animaría a que lo hicieran completamente instintivo, ya que el visor siempre se puede colocar más tarde.

Para la práctica de la modalidad instintiva se necesita mucha paciencia y aunque yo no soy un gran experto intentaré explicar y ayudar a entenderlo, sentirlo y disfrutarlo según mis experiencias como arquero de tiro instintivo.

Para iniciarnos, podemos empezar a lanzar flechas desde una distancia de no más de 10 metros, a una diana de unos 30 cm, sin coger ningún tipo de referencias, sólo y exclusivamente concentrando nuestra atención en la zona donde queremos impactar, sin mirar la punta de la flecha, sin mirar el arco, sin utilizar ninguna referencia de nuestro equipo, eso sí, alineándose lo mejor posible y repitiendo todos los gestos del tiro con la mejor igualdad en cuanto a anclaje, suelta, etc.

Es muy importante la concentración antes de elevar nuestro arco, y también poner toda nuestra atención en el más pequeño detalle de donde queremos que nuestra flecha impacte, (la cruz o la perforación de otra flecha, etc.), a continuación elevar el arco sin separar la vista del blanco y tensar suavemente hasta conseguir un anclaje firme donde nos encontremos cómodos y seguros, tomando siempre la misma referencia en una zona de nuestra cara (comisura del labio, pómulo, barbilla, etc. ) y seguidamente soltar con decisión.

Este ejercicio hay que llegar a hacerlo con seguridad, sin miedo y en un tiempo no muy excesivo desde que empezamos a tensar hasta que efectuamos la suelta. Es muy importante que la mano que sujeta el arco esté relajada, y también es importante no preocuparnos a donde van nuestras primeras flechas, pues si para empezar nos obsesionamos en querer meterlas todas en la diana, inconscientemente habrá una falta de atención a nuestros gestos, trabajaremos mal nuestra alineación, anclaje, suelta, etc, y solo cogeremos vicios que con el tiempo costarían tanto perderlos que tendríamos que empezar de nuevo. Pero si todos los movimientos los realizamos siempre igual, sobre todo el anclaje, poco a poco y con paciencia veremos nuestros progresos.

Estos ejercicios los debemos practicar insistentemente hasta que acertemos con seguridad, seguidamente lo haremos desde distancias diferentes y distintos ángulos, con una rodilla en el suelo, en desniveles, entre ramajes del bosque, etc. Todo esto hará que por medio de la vista, nuestra memoria vaya reteniendo información de todas las distancias, ángulos y situaciones de tiro, ofreciéndosela a nuestro instinto en el momento más necesario, llenándonos de experiencia y sorprendiéndonos de nuestros propios aciertos.

El hombre desde la prehistoria hasta el siglo pasado y aún hoy en algunas tribus, utiliza el arco como arma de defensa y caza. Es y ha sido su medio de vida y ha sobrevivido gracias a sus grandes cacerías, en las cuales daban muerte a animales de gran tamaño y peso. Los arcos que se fabricaban para dar muerte a estos enormes animales, tenían una potencia muy alta, 90 ó 110 lb. aproximadamente, incluso 140 lb, con la que, difícilmente podían mantener un anclaje para tomar un punto de referencia. Al galope de su caballo los Mongoles también fueron grandes cazadores con arco y también como podemos imaginar les era muy difícil apuntar, pues sus lances eran de puro instinto, igual que cualquier reacción de caza, huida, ataque o defensa de un animal por sobrevivir.

En las competiciones que se realizaban hasta ahora, los arqueros que no utilizaban visor decían que tiraban instintivo, eso no es del todo cierto ya que los hay que tiran instintivo puro y también los que utilizan referencias de puntería, unos utilizan la punta de la flecha para apuntar, otros pequeñas marcas en la ventana, incluso los hay que utilizan la piel del reposaflechas que está pegada a la ventana del arco con la altura ideal de un punto de mira y otras mil artimañas para acertar en la diana.

Estas personas son grandes arqueros y nunca hay que quitarles el mérito a su forma de tirar, pues cualquier sistema de puntería que se utilice en el mundillo del arco es muy difícil de dominar y requiere muchas horas de trabajo y esfuerzo para sacarle beneficio.

Con sistemas de referencias los arqueros se exigen más a ellos mismos, por eso sus tiros suelen ser más precisos, pero lo que si que hay que dejar muy claro es que estas dos maneras de tirar son completamente diferentes. Lo llamaremos tiro instintivo si no tomamos ningún tipo de referencias de puntería. Pero si se toman referencias, nos referiremos a distintas disciplinas. Por ejemplo a coger la cuerda del arco por diferentes puntos para apuntar con la flecha lo llamaremos String walking . Y si movemos nuestro anclaje hacia arriba o abajo Face walking.

Los arcos más estables y que mejor respuesta suelen dar para el tiro instintivo son los recurvados y los longbow, siempre que tengan el reposaflechas lo más cerca posible de la mano. También hay arqueros que utilizan el arco de poleas para tiro instintivo, consiguiendo resultados asombrosos, teniendo las desventajas de un reposaflechas muy alto, una distancia entre ejes demasiado corta que les obliga a pinzar el culatín de la flecha, la discontinuidad en el impulso, etc. ¡Son admirables!

Tampoco me quiero olvidar de los arqueros de KYUDO, pues para mí son los más conscientes del tiro instintivo, ya que por su meditación y su coordinación de movimientos en los actos del proceso de tiro, hacen todo un ritual sin perder la concentración ni un solo momento, desde que cogen la flecha hasta que impacta en la diana. Lo que intento explicar con todo esto, es que el tirador instintivo no utiliza ninguna referencia visual y sólo con habilidad, experiencia y una buena coordinación muscular la memoria del arquero consigue acertar, dirigiendo la flecha donde desea.

Si empiezas practicando el tiro instintivo y le dedicas tiempo, poco a poco iras viviendo tiros emocionantes e inolvidables que te demostraran que el tiempo que le dedicaste en un pasado y pensabas que sería perdido, hoy te empieza a dar su fruto. No sabrás como apuntas y tampoco como lo haces, pero cuando estés delante de la diana inconscientemente sabrás dirigir tu flecha con éxito, porque sin tu saberlo encontrarás el momento en que nuestro cerebro lo tiene todo coordinado, como si fuera algo tan normal como lanzar una piedra. Pero también te será difícil encontrar las palabras y la manera de explicar cómo lo haces.

Si continúas en tu lucha y sigues trabajando, llegará un momento no muy lejano en el que al disparar tu flecha lo hagas con tanta decisión y seguridad que después de impactar donde tú querías, cogerás tu arco por la empuñadura y apretándolo enérgicamente con orgullo, cara a cara, le dirás ¡Ya eres mío y sé hasta dónde puedo llegar contigo!. Te habrás Encontrado con tu arco.

Dioni Martínez